Francisco de Miranda inicia lo que se podría considerar
una especie de diario; un relato sobre sus actividades, el mismo día en parte
de Venezuela hacia España. Su objetivo inicial era tal vez la simple idea de
tener un recuerdo personal y sería “hilar muy fino” pensar sobre la
trascendencia que el mismo tendría con el transcurrir del tiempo. La
denominación “Colombeia” es posterior a su inicio. Fue el nombre creado para
incluir una extensa documentación, que sumada al diario inicial conformará un
total de 63 volúmenes, organizados y encuadernados en piel por el propio
Miranda. Están divididos en tres secciones, cuya descripción según la solicitud
de registro de solicitud para la
consideración por parte de la UNESCO para ser considerado el archivo como
“Memoria del Mundo” se copian para mayores detalles:
·
Viajes:
26 volúmenes describiendo el recorrido por España, Africa,
América, Estados Unidos, Holanda, Prusia, Sajonia, Austria , Italia, Turquía,
Grecia, Rusia, Dinamarca, Hamburgo, Rhin, Suiza, Francia e Inglaterra. Reunió anotaciones, que en forma de diario, fue
preparando durante sus viajes y
comprenden, además de sus experiencias personales, las observaciones que hizo
acerca de las personas, los paisajes, los monumentos, edificios públicos, obras
de arte, bibliotecas, museos, cárceles y hospitales de los sitios que visitó.
Respecto a muchos sitios y edificaciones el testimonio de Miranda es único o
muy importante
·
Revolución francesa: En 18 volúmenes expone su
participación en Francia en el momento de desarrollo de la revolución.
·
Negociaciones:
Trata sobre sus negociaciones con los gobiernos de Inglaterra, Francia y Estados Unidos de América en búsqueda de apoyo para la liberación de
Hispanoamérica.
Casi todas sus observaciones
recapituladas en el Diario se refieren a etapas muy interesantes de conocer; el
Caribe como lugar de enfrentamiento de Inglaterra, España y Francia, los
Estados Unidos cuando se acababa de terminar la guerra de la Independencia, la
Europa previa a la Revolución Francesa, el proceso de la Revolución Francesa,
la Rusia de Catalina la Grande y enseguida los preparativos y la primera etapa
de Independencia Americana.
El Archivo contiene la
correspondencia de Miranda con importantes personajes en cada uno de los
lugares que visitó: Jefferson, Madison, Hamilton, Pitt, Lord Wellington,
Petion, Brissot, Fouché, etc. y agregó en
su archivo “documentos, periódicos y folletos, material que da una peculiar
característica a la colección por tratarse de piezas únicas, muy raras o de
difícil consulta o acceso”.
En el archivo también
se encuentran cosas como un método para aprender a tocar la flauta, partitura
para ejecuciones con ese instrumento, catálogos de libros y hasta en el
imaginario venezolano se ha hablado de una colección de vellos púbicos
guardados en cajas especiales para tal propósito pero esto ha sido desmentido,
señalándose solo la existencia de un sobre conteniendo vellos púbicos de una de
sus amantes.
Pero ¿Por qué el
nombre Colombeia para el archivo y Colombia para el nombre de la república a
fundar? Al contrario de lo pregonado por
inconsecuentes de la historia y supuestos abanderados del anti imperialismo,
Miranda admiraba a Cristóbal Colón. En 1781, estando en Jamaica adquirió una carta enviada por
Colón al rey Fernando II de Aragón y V
de Castilla. Posteriormente, al visitar Génova, hace un recorrido hasta Cogoleto, supuesta cuna de Colón y escribe en
su diario: “con que terneza y admiración la miraba; más apenas hay aquí quien
sabe quien es Colombo ni que esta fuese su patria”. Escribe en su diario con
fecha 13 de enero de 1789 sobre el
recorrido hacia ese sitio y expresa que ”con reconocimiento y fervor ofrezco a
aquel semidiós, mucho más digno y racional que los que se tributan a La Meca,
Petchersky, Loreto, Compostela, etc”
El
archivo, sobre el cual se tenían noticias, no se había localizado. Recordemos
que libros y otras
pertenencias de Miranda, fueron embarcados el 30 de julio, a raíz de la firma
de la capitulación, a bordo del Sapphire
por Pedro Antonio Leleux, consignándolo a nombre de George
Robertson de la firma mercantil Robertson y Belt domiciliado en Curazao
pero, una vez llegados a esa isla, fueron decomisados en razón a lo peligroso
que hubiese podido ser su difusión atendiendo a las diversas comunicaciones
entre Miranda y altos personeros del gobierno inglés. El archivo fue localizado en 1926 en Cirencester, Inglaterra
por Alberto Adriani Mazzei quien residía en
Inglaterra se ocupó de realizar todos las gestiones pàra que esa valiosa
documentación fuese propiedad de Venezuela. Pero es Caracciolo Parra- Pérez,
ministro de Relaciones Exteriores quien se atribuye los méritos. Parecida
suerte corrió Adriani con la frase atribuida a Uslar Pietri “sembrar el
petróleo”. Al parecer Adriani recibió la noticia de un comerciante inglés. Los
archivos estaban en la biblioteca heredada de un antiguo ministro de guerra inglés pagando Venezuela
3.000 libras maginaría es que dos siglos después la UNESCO, durante el año
2007, le otorgaría el título de Memoria del Mundo “por su valor excepcional que
debe ser preservado para beneficio de toda la humanidad”.
Una segunda versión señala que
Caracciolo Parra-Pérez recibió la información por parte de un funcionario del
Public Record Office de Londres de que en algún lugar del antiguo palacio de
Lord Bathurst se encontraban los papeles de Miranda y Parra-Pérez se comunicó con
Alberto Adriani a través de una carta fechada pero sin data del año le sugiere
que “…echa una hojeada y una ojeada a todo: creo que con tres o cuatro horas de
examen atento te podrías formar una idea del conjunto, tomar las notas los más
“pormenorizadamente” posible, de manera que yo pueda decirte lo que hay que
hacer en el porvenir. Si no tienes con un día y “el hombre” marcha, quédate
dos…” Adriani comprueba la certeza del dato y tras diversas negociaciones, se logra el cometido.
Otra tercera versión, y quien sabe cuántas existirán, es la de que el tercer conde de Bathurst, revisando la biblioteca dio con
los documentos y lo comunicó a un tercero para hacer llegar a los oídos de
algún representante de Venezuela la noticia del hallazgo. El gobierno
nacional adquirió en el año 1926 el archivo y resolvió, confiarlo a
la Academia Nacional de la Historia. Tres mil libras esterlinas fue el precio
convenido; y a instancias del mismo Parra-Pérez, el gobierno de Venezuela,
presidido a la sazón por el General Juan Vicente Gómez, realizó la patriótica
adquisición. El titular de la cartera de Relaciones Interiores Pedro
Manuel Arcaya y el Ministro en Inglaterra Diógenes Escalante, intervinieron
también en la negociac ión.
El Archivo fue
publicadoinicialmente en dos etapas, una iniciada en 1927 la cual llegó a
catorce tomos y la otra, iniciada en 1950 la cual completó diez tomos más para
llegar a 24 tomos, publicada en 1978. El tomo 24 comprende documentos entre los años 1812 y 1816
aportados por el Marqués de Rojas en su obra El General Miranda. Esta colección
no incluye los anexos que posee el archivo; carece de estudios preliminares y
de índices completos que faciliten su consulta. Además, al seguir el mismo
orden del original su consulta es bastante complicada. La publicación, auspiciada por la Academia de la
Historia está agotada y fue de distribución gratuita.
La
Segunda edición del Archivo denominada COLOMBEIA editada por la
Presidencia de la República, según Decreto de fecha 25 de Septiembre de 1976,
publicado en la Gaceta Oficial N°. 1792 se halla en proceso de publicación. A
la fecha se han editado desde el Tomo I hasta el Tomo XIX y dicha publicación
contó con el asesoramiento de José Luis Salcedo Bastardo Individuo de Número de
la Academia Nacional de la Historia. Por último se inició la digitalización el 3 de
Agosto de 2006 a través de convenio entre la Academia Nacional de la Historia y
la Biblioteca Nacional. En Acta suscrita por los técnicos de la Academia y los
técnicos de la Biblioteca, consta que el 5 de Diciembre de 2006 se concluyó la
digitalización de los documentos pertenecientes al Archivo del Generalísimo
Miranda. Ello dio como resultado 70 DVD con un total aproximado de 35.220
imágenes.
El
estado del archivo, mientras estuvo en la sede de la Academia Nacional de la
Historia, por supuesto no podía estar al alcance de los visitantes en razón a
lo delicado de su conservación pero fue dado como absurdo pretexto por el
gobierno nacional, se describe en la propuesta
a la UNESCO para designarlo como Memoria del Mundo de la siguiente forma: “Para
mantenerlo adecuadamente y restaurarlo se realizaron intervenciones a la
documentación. Para el proceso de restauración hemos empleado Papel Tissue
Japonés de 6 Grs. antiácido, cola vegetal antiácida (incolora, inodora,
insabora –carboxi-metilcelulosa). Periódicamente se examinan los documentos a
efecto de realizarle el respectivo diagnóstico y de acuerdo a éste se procede
al tratamiento, el cual se inicia con una fumigación en conjunto con sustancias
químicas que no alteran ni dañan el delicado papel, utilizando como componente
el Floruro de Sulfutiro. Posteriormente se realiza una limpieza al seco,
volumen por volumen, utilizando para esto una almohadilla de goma molida,
brocha de cerda muy fina y por último una lanilla. El arca de seguridad se
limpia igualmente al seco. Hemos procurado utilizar papel en blanco que hemos
encontrado en los libros para hacer los injertos, los trabajos de restauración
que se les han hecho son los siguientes: rasgaduras, fisuras, injertos,
laminación, refuerzos, apresto, desmanche local, planchado al seco sin calor.
La encuadernación se mantiene igual, le hacemos restauración y algunos
volúmenes se inyectaron con sustancias químicas para la eliminación de huevos
de insectos”.
Permaneció en la Academia Nacional de la
Historia desde el año 1926 hasta el año 2010 bajo la figura de “depositaria” (Custodia del Archivo a la
Academia Nacional de la Historia. Gaceta Oficial N° 15.951, 26 de Julio de
1926). El 4 de Junio del año 2010 se entregó para ser depositado en el Archivo
General de la Nación. Por supuesto, “el manoseo” por parte de humanos no es
posible, pudiendo tener acceso al mismo los técnicos conservacionistas. El
acceso en la red se hace a través del link www.franciscodemiranda.org
Interesante articulo que ademas de recalcar la Grandeza del Gen. Miranda, esplica las varias ipotests sobre el allazco de los registros del proyecto Colombeya donde toma fuerza Alberto Adriani, otro personaje desctacado y meritorio de estar en el Panteon nacional.
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